De la IVAmentalidad al arrebato colectivo

Por: César J. Pérez Lizasuain*

The current governmentality of “crisis” is enacted by means of the production and management of truth. Through the doctrine of TINA (“There is no alternative”), neoliberalism is established as the only rational and viable mode of governance. Predicated upon this doctrine, discourses of crisis become a way to governmentally produce and manage (rather than deter) the crisis. “Crisis” becomes a perennial state of exception that turns into a rule and common sense and thus renders critical thinking and acting redundant, irrational, and ultimately unpatriotic.  

Athena Athanasiou[1]

Ha amenazado el gobernador Alejandro García Padilla (AGP) en gobernar por decreto, y hoy celebran los medios de comunicación, los grupos a favor de la legalización del cannabis, y demás simpatizantes, su primer mandato: la emisión de una orden ejecutiva que permite el uso de la marihuana en algunos tratamientos médicos. Parece que al país, en el debate público, solamente le valen posturas fundamentalistas, ya sean de izquierdas, de derechas, de centros, cristianas o ateas. O todo es blanco, o es negro. Nuestras críticas y cuestionamientos parecen circunscribirse a lo trazado por los discursos dominantes sobre lo religioso, lo político, lo económico, lo sexual, etc. El debate por la despenalización y uso medicinal de la marihuana no ha dejado de asumir ese fundamentalismo que al parecer llevamos en el tuétano. Para estar claros: apoyo la despenalización no por creer en alguna propiedad mágica y natural de la marihuana. La apoyo porque su penalización ha terminado por criminalizar y encarcelar a miles de seres humanos: mayormente jóvenes provenientes de comunidades pobres y negras.

En los últimos meses la discusión pública ha estado centrada en la aprobación legislativa del mentado IVA y la reforma contributiva. Fracaso o no fracaso del gobernador, ¿a quién le importa? De facto hemos estado sujetos a unas delimitaciones de la discusión pública, al encuadramiento de las posibilidades que puedan tener nuestras palabras, nuestras acciones, nuestra comunicación, nuestros entendimientos, nuestro debate sobre el momento en que vive el país. El efecto real de la reforma contributiva no recae sobre su (des)aprobación legislativa, su efectividad recae en un tipo particular de discurso generado alrededor de la misma y que ha terminado por enmarcar y definir, muy eficazmente, aquellas categorías civiles, correctas, “viables” y “creíbles” para administrar la “crisis fiscal”. Es la IVAmentalidad: la forma en que se gobierna alrededor de la “idea-crisis” por medio de la reproducción de discursos generalmente trazados desde las esferas formales, las élites económicas, por los economistas y los medios corporativos de comunicación. El encuadramiento discursivo supone la exclusión de cualquier propuesta política y económica que plantee alternativas “out of the box”. Excluye aquellas categorías nuevas que son necesarias incluir en nuestras palabras y acciones para darle un zarpazo al actual régimen político del 52’, mientras que afianza las categorías tradicionales del hacer política en nuestro país. Plantea, además, que no hay alternativa al orden neoliberal vigente, que no hay alternativa al manejo de la crisis y que la misma es mejor enfrentarla a decreto limpio (estado de excepción). Impone, además, que la única alternativa viable es intentar administrar la crisis imponiendo un estado de precariedad: despidos, reducciones de jornadas, aumento en la edad de jubilación, el saqueo de fondos en los retiros de los empleados públicos, la eliminación de derechos laborales, privatizaciones, recortes presupuestarios a servicios gubernamentales, recorte o eliminaciones de toda asistencia social, disminución en el presupuesto de la UPR. Insiste, sobre todo, en el disco rayado de que debemos asumir el pago de una deuda que no hemos provocado nosotros. En fin, con la IVAmentalidad no se intenta terminar la crisis, se intenta administrar la crisis por medio de una “normalización” discursiva y un manejo monolítico de la “verdad”.

Y así pasamos, de un día para otro, al arrebato colectivo con el decreto unilateral sobre el uso medicinal de la marihuana. Y ciertamente, se introduce una variación en el discurso, pero con la misma aspiración política de la IVAmentalidad: un primer experimento de AGP en mandar mandando. Con ello no todo es discurso. Las terapias discursivas de los shocks neoliberales tienen un objetivo concreto en el capitalismo contemporáneo: el profit, el lucro económico que se deriva de cada gesto de nuestro ser, de nuestros cuerpos, deseos, afectos, defectos y enfermedades. Ya tiene nombre desde el 2014: GB Sciences Puerto Rico, una subsidiaria de la compañía radicada en Las Vegas llamada GrowBLOX Sciences.

Casualmente, el 4 de mayo, día en que se hizo pública la orden ejecutiva que permite el uso medicinal  de la marihuana, se conmemoró el decimoquinto aniversario de los arrestos de miles de desobedientes civiles en los terrenos ocupados por la Marina de Guerra estadounidense en Vieques. Suceso dentro una serie de eventos donde comenzamos a romper con los viejos discursos y consensos heredados del régimen del 52’ mientras afirmamos, por medio de la desobediencia y la acción colectiva, una nueva esfera autónoma de entendimientos, palabras y acciones políticas afianzadas en lo común. Hoy día mientras nuestras palabras, pensamientos y acciones quedan subsumidos bajo el prisma neoliberal, vale más que nunca regresar a reflexionar sobre ello.

*El autor es doctor en Sociología Jurídica.

[1] Butler, J., & Athanasiou, A. (2013). Dispossession: the performative in the political. Cambridge: Polity Press.

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